domingo, 7 de junio de 2015

Capítulo diez

Tengo 8 años. Y me veo. Y la veo…irse. Sin explicación alguna de su familia. Sin piedad alguna de su familia. Lo último que veo es una fuerte discusión rodeada de violencia y osadía. Ella se marcha sin siquiera una despedida, sin ningún afecto personal…sin mí.
Entonces me siento al lado de la puerta…a ver como mi padre se desmorona y se transforma en alguien irreconocible. Es allí cuando recibo mi primer golpe: como castigo de algo que no causé, como si fuera mi culpa. Y es allí cuando comienza mi espera, sin entender lo que realmente acababa de  suceder. ¿Acaso soy la culpable de sus infinitas discusiones? ¿Es porqué no quise terminar de cenar, y deje comida en mi plato? ¿Es porque no quiero hacer mi tarea al volver del colegio? ¿Es porque les pido que me lean un fragmento de “el principito” cada noche? Lo siento. Creí que era normal de una niña. Perdóname papá por arruinar a mí familia. Entonces solo lloro pensando que rompí mi hogar y, deseando que algún día se repare. Pero sé que jamás volverá a ser como antes. Años antes pensaba que mi madre era una estrella. La veía brillar entre el resto de millones de estrellas a pesar de no saber cuál de todas ellas era mi madre. Por lo tanto les sonreía a todas deseando que me encontrara. Entonces mi madre se fue…y todas las estrellas dejaron de brillar bruscamente.

1 comentario:

  1. Queremos el siguiente capitulo (en este mes si es posible..) y tambien queremos mas publicaciones tuyas propias! (Me encanta como escribis) (J/P)

    ResponderEliminar